A Jesús
Sacramentado |
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Muerta he de estar ¡Amor de mis amores! Muerta he de estar y en polvo convertida Y mis cenizas ¡Vida de mi vida! Han de cantar tus glorias y loores. Y de mi ser los átomos perdidos Muerta he de estar, Señor, materia inerte Y en mi cadáver, en mi cuerpo frío, Y hallarás el recuerdo peregrino Muerta he de estar Señor, y mis despojos, Que de mi cuerpo la ceniza helada, Muerta he de estar, Divino Jesús mío, Y hasta los fuegos fatuos que mis huesos |
En su fragancia la silvestre flor Que nazca donde está mi sepultura, De mis frías cenizas al calor, te llevarán mis cantos de ternura Y del aire las alas al tocar, Y hasta las bellas gotas de rocío, Alma no tiene, dueño idolatrado, Alma no tiene la brillante estrella, Alma no tiene la fragante flor Así mis restos en la oscura fosa, Y tú que ves, Señor, lo que escondido | |
¡Que bien se está contigo Señor! |
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¡Que
bien se está contigo
SEÑOR junto al SAGRARIO! Solo, pobre,
escondido, pensando en mi quizás!..... y que no
tengo nada que te pueda servir. No se , pero
se, en cambio, que aunque nadie viniera, ¿Por qué
no vendré mas? ¡Que ciego estoy, que ciego! ¡Si TU me
esperas siempre! Si a TI siempre te tengo |
o pagan
grandes sumas que no han de recobrar. ¿Por qué
no vendré mas si se que aquí, a TU lado, ¿Por qué
no vendré mas JESUCRISTO BENDITO? ¿Por qué
no vendré más, si sé yo ¿Por qué
no vendré más ? ¡Oh! Bondad infinita! ¡Que bien
se está contigo, que bien se está SEÑOR !
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Mi amado para mi |
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Ya toda me entregué y di Y de tal suerte he trocado Que mi Amado para mi Y yo soy para mi Amado. Cuando el dulce Cazador Me tiró y dejó herida En los brazos del amor Mi alma quedó rendida, Y cobrando nueva vida De tal manera he trocado Que mi Amado para mí Y yo soy para mi Amado. Hirióme con una flecha Enherbolada de amor Y mi alma quedó hecha Una con su Criador; Ya yo no quiero otro amor, Pues a mi Dios me he entregado, Y mi Amado para mí Y yo soy para mi Amado. |
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Muero porque no
muero |
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Vivo sin vivir en mí Y tan alta vida espero Que muero porque no muero. Vivo ya fuera de mí Después que muero de amor, Porque vivo en el Señor Que me quiso para Sí. Cuando el corazón le di Puso en él este letrero: Que muero porque no muero. Esta divina prisión Del amor con que yo vivo Ha hecho a Dios mi cautivo Y libre mi corazón; Y causa en mí tal pasión Ver a Dios mi prisionero, Que muero porque no muero. ¡Ay, que larga es esta vida, Qué duros estos destierros, Esta cárcel y estos hierros En que el alma esta metida! Sólo esperar la salida Me causa dolor tan fiero, Que muero porque no muero. iAy, que vida tan amarga |
Sólo con la confianza Vivo de que he de morir, Porque muriendo el vivir Me asegura mi esperanza. Muerte do el vivir se alcanza, No te tardes, que te espero, Que muero porque no muero. Mira que el amor es fuerte; Vida, no me seas molesta, Mira que sólo te resta, Para ganarte, perderte; Venga ya la dulce muerte, Venga el morir muy ligero, Que muero porque no muero. Aquella vida de arriba, Que es la vida verdadera, Hasta que esta vida muera No se goza estando viva. Muerte, no seas esquiva; Viva muriendo primero, Que muero porque no muero. Vida, ¿que puedo yo darle A mi Dios que vive en mí, Si no es perderte a ti Para mejor a El gozarle? Quiero muriendo alcanzarle, Pues a El solo es al que quiero. Que muero porque no muero. | |
Búscate
en mí |
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Alma, buscarte has en Mí, Y a Mí buscarme has en ti. De tal suerte pudo amor, Alma, en Mí te retratar, Que ningún sabio pintor Supiera con tal primor Tal imagen estampar. Fuiste por amor criada Hermosa, bella, y ansí En mis entrañas pintada, Si te pierdes, mi amada, Alma, buscarte has en Mí. Que Yo sé que te hallarás En mi pecho retratada Y tan al vivo sacada, Que si te ves te holgarás Viéndote tan bien pintada. >> |
Y si acaso no supieres Donde me hallarás a Mí, No andes de aquí para allí, Sino, si hallarme quisieres A Mí, buscarme has en ti. Porque tú eres mi aposento, Eres mi casa y morada, Y ansí llamo en cualquier tiempo, Si hallo en tu pensamiento Estar la puerta cerrada. Fuera de ti no hay buscarme, Porque para hallarme a Mí, Bastará solo llamarme, Que a ti iré sin tardarme Y a Mí buscarme has en ti. | |
Vuestra
Soy |
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Vuestra soy, para Vos nací, ¿Qué mandáis hacer de mí? Soberana Majestad, Vuestra soy, pues me criastes; Veis aquí mi corazón, Dadme muerte, dadme vida: Dadme riqueza o pobreza, |
Si queréis, dadme oración, Dadme, pues, sabiduría, Si queréis que este holgando, Dadme Calvario o Tabor, Sea Josef puesto en cadenas Esté callando o hablando, Vuestra soy, para Vos nací, | |
Hermosura
de Dios |
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¡Oh, Hermosura que excedéis a todas las hermosuras! Sin herir dolor hacéis, Y sin dolor deshacéis El amor de las criaturas. ¡Oh, ñudo que así juntáis Dos cosas tan desiguales! No sé por qué os desatáis, Pues atado fuerza dais A tener por bien los males. Juntáis quien no tiene ser Con el Ser que no se acaba: Sin acabar acabáis, Sin tener que amar amáis, Engrandecéis vuestra nada. |
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Ayes del destierro |
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¡Cuán triste es, Dios mío; Carrera muy larga Lúgubre es la vida, iOh muerte benigna, El amor mundano La vida terrena ¿Quien es el que teme |
Mi alma afligida El barbo cogido En vano mi alma iAy!, cuando te dignas Haz, Señor,
que acabe Que es justo padezca; Que expíe mis yerros, Mis culpas inmensas. iAy!, logren mis lágrimas Te dignes oír Ansiosa de verte Deseo morir.
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Loas
a la Cruz |
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Cruz, descanso sabroso de mi vida, iOh bandera, en cuyo amparo Quien no os ama
está cautivo Vos fuisteis la libertad |
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La Cruz |
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En la
cruz esta
la vida En la cruz esta el
Señor De la cruz dice la Esposa Es una oliva preciosa |
Es la cruz el árbol
verde El alma que a
Dios está El Salvador, En la cruz esta la gloria Y el honor, Y en el padecer dolor Vida y consuelo, Y el camino mas seguro Para el cielo. | |
Nada te turbe |
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Nada
turbe, Nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda; la paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta: Sólo Dios basta. Eleva tu pensamiento, A Jesucristo sigue ¿Ves la gloria del mundo? Aspira a lo celeste, |
Ámala cual merece bondad inmensa; pero no hay amor fino sin la paciencia. Confianza y fe viva Del infierno acosado Vénganle desamparos, id dichas vanas; aunque todo lo pierda, sólo Dios basta. | |
Una cruz
sencilla |
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Hazme
una cruz sencilla, carpintero... sin añadidos ni ornamentos... que se vean desnudos los maderos, desnudos y decididamente rectos: los brazos en abrazo hacia la tierra, el astil disparándose a los cielos. Que no haya un solo adorno que distraiga este gesto: este equilibrio humano de los dos mandamientos... sencilla, sencilla... hazme una cruz sencilla, carpintero. |
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Yo
pequé, mi Señor, |
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Yo
pequé mi Señor, y tú padeces; yo los delitos hice y tú los pagas; si yo los cometí, tú ¿qué mereces, que así te ofenden con sangrientas llagas? Mas voluntario, tú, mi Dios, te ofreces; tú del amor del hombre te embriagas; y así, porque le sirva de disculpa, quieres llevar la pena de su culpa. Pues en los miembros del Señor, desnudos Hierve la sangre y corre apresurada, |
Añádense heridas a heridas, y llagas sobre llagas se renuevan, y las espaldas, con rigor molidas más golpes sufren, más tormentos prueban; las fuerzas de los fieros desmedidas más se desmandan cuanto más se ceban; y ni sangre de Dios les satisface, ni ver a Dios callar miedo les hace. Alzan
los duros brazos incansables,
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Vivo sin
vivir en mi |
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Vivo
sin vivir en mí, y de tal manera espero, que muero, porque no muero. En mí yo no vivo ya, Esta vida, que yo vivo Estando ausente de ti, El pez que del agua sale, |
Cuando me empiezo aliviar de verte en el Sacramento, háceme más sentimiento, el no te poder gozar: todo es para más penar, y mi mal es tan entero, que muero, porque no muero. Y si me gozo, Señor, Sácame de aquesta muerte, y lamentaré mi vida, en tanto, que detenida por mis pecados está: ¡oh mi Dios, cuándo será, cuando yo diga de vero vivo ya, porque no muero! | |
¡Oh
llama de Amor viva! |
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Oh
llama de amor viva, que tiernamente hieres de mi alma en el más profundo centro! Pues ya no eres esquiva, acaba ya si quieres, rompe la tela deste dulce encuentro. ¡Oh cauterio suave! |
¡Oh lámparas de fuego, en cuyos resplandores las profundas cavernas del sentido, que estaba escuro y ciego, con extraños primores calor y luz dan junto a su querido! ¡Cuán
manso y amoroso | |
Preguntas de
Amor |
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Si
pan es lo que vemos, ¿cómo dura, sin que comiendo dél se nos acabe? Si Dios, ¿cómo en el gusto a pan nos sabe? ¿Cómo de sólo pan tiene figura? Si pan, ¿cómo le adora la criatura? Si Dios, ¿cómo en tan chico espacio cabe? Si pan, ¿cómo por ciencia no sabe? Si Dios, ¿cómo le come su hechura? Si pan, ¿cómo nos harta siendo poco? Si Dios, ¿cómo puede ser partido? Si pan, ¿cómo en el alma hace tanto? Si Dios, ¿cómo le miro y le toco? Si pan, ¿cómo del cielo ha descendido? Si Dios, ¿cómo no muero yo de espanto? |
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Pan de
ángeles |
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Comida celestial, pan cuyo gusto es tan dulce, sabroso y tan suave, que al bueno, humilde, santo, recto y justo, a manjar celestial, como es, le sabe; Justa condenación del hombre injusto si come el pan de Dios se encierra y cabe; el sumo Dios que en sí se da y oculta diga el bien que de tanto bien resulta. Pan de ángeles, Dios tan verdadero, |
Eres, pues, Dios, de tu deidad tan digno que no hay justo ni santo entre los santos que no se juzgue y tenga por indigno de bocado que da regalos tantos; eres Pan para el bueno, tan benigno que de tribulaciones y de llantos le produces y das gloriosos bienes, y para con el malo los detienes. Eres,
pan celestial, lo figurado | |
Tú |
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Señor, Señor, Tú antes,
Tú después, Tú en la inmensa Tú en el cénit a un
tiempo y en el nadir; |
Tú en los ojos azules y en
los ojos oscuros; Si la ciencia engreida no
te ve, yo te veo; | |
SI
Tú me dices ven... |
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Si tú me dices «¡ven!»,
lo dejo todo... que tu voz, como toque de
llamada, Si tú me dices «¡ven!»,
todo lo dejo. |
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Pues
busco, debo encontrar |
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Pues
busco, debo encontrar. Pues llamo, débenme abrir. Pues pido, me deben dar. Pues amo, débenme amar. Aquel que me hizo vivir. ¿Calla? Un día me hablará. ¿Me pone a prueba? Soy fiel. ¿Pasa? No lejos irá; pues tiene alas mi alma , y va volando detrás de Él. Es poderoso, más no podrá mi amor esquivar. Invisible se volvió, mas ojos de lince yo tengo y le habré de mirar. Alma, sigue hasta el final en pos del Bien de los bienes. y consuélate en tu mal pensando como Pascal: "¿Le buscas? ¡Es que le tienes! |
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Oh!
Cristo |
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Ya no hay un dolor humano
que no sea mi dolor; En vano busco en los hondos
escondrijos de mi ser El rosal no tiene espinas: para mí sólo da rosas. ¿Rosas de Pasión? ¡Qué importa! Rosas de celeste esencia, purpúreas como la sangre que vertiste por nosotros, ¡oh Cristo! |
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A la
muerte de Cristo |
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En el árbol de la cruz De aquel dolor tan urgente, Que vida en ninguno de ellos Ni permite ni consiente. La naturaleza humana Fue al morir correspondiente, Que puesto que allí Dios hombre Con divino amor ardiente Estuviese padeciendo Por el hombre delincuente, En cuanto hombre padecía, Que en cuanto Dios no es paciente. Por el divino costado Tiene el corazón patente, Y de allí sangre divina Con soberana corriente Sale lavando la culpa De su siervo inobediente. Y al tiempo que ya expiraba Con el mortal accidente, Los rayos del sol perdieron Su lumbre resplandeciente. Las piedras unas con otras Combaten ásperamente; Muriendo el Sol de justicia, No quedó cosa viviente Que no mostrase dolor Lo sensible y que no siente, Cesó la ley de Escritura Celebrada antiguamente, La de gracia comenzando Tan suave y aplaciente. Quedó el hombre desde allí De nuevo convaleciente, Capaz de merecer gloria Si viviere justamente. |
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Yo para
qué nací |
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Yo
para qué nací? Para salvarme. Que tengo de morir es infalible. Dejar de ver a Dios y condenarme, Triste cosa será, pero posible. ¿Posible? ¿Y río, y duermo, y quiero holgarme? ¿Posible? ¿Y tengo amor a lo visible? ¿Qué hago?, ¿en qué me ocupo?, ¿en qué me encanto? Loco debo de ser, pues no soy santo. |
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Yo
¿cómo vine al mundo? |
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Yo
¿cómo vine al mundo? Condenado; Dios ¿cómo me libró? Dando su vida; Yo ¿cómo la perdí? Por un bocado, Que fue del mundo todo el homicida. Dios ¿qué me pide a mí? Lo que me ha dado; Yo ¿qué le pido a él? La eterna vida; Dios ¿para qué murió? Para librarme: Yo para qué nací? Para salvarme. De tierra soy, en tierra he de volverme; Allí de los amigos más amados, Pues ¿cómo de la enmienda y penitencia |
Dispuesto con cuidado y prevenido Conviene estar al tránsito forzoso; Que si me coge desapercibido, Tendré el castigo como perezoso; ¡Oh loco, torpe, necio, endurecido, Falso, liviano, desleal, vicioso! ¿Qué puede ser venir a condenarme Posible? ¿Y río, y duermo y quiero holgarme? En este paso mil exclamaciones, Agonizando para dar la vida, Las visiones horrendas infernales, La memoria terrible, tan amarga, Del fallo que condena, y otros males. Pues ¿cómo ¡oh ciego! con tan grande carga De angustias y tormentos desiguales, No tiemblo, no me enmiendo, no me espanto? Loco debo de ser, pues no soy santo. | |
La
Dolorosa |
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Estaba
la dolorosa junto al leño de la cruz ¡que alta palabra de luz! qué manera tan graciosa de enseñarnos la preciosa lección de callar doliente. Tronaba el cielo rugiente, la tierra se estremecía. Bramaba el agua... María estaba, sencillamente. |
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Dame
Señor |
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Dame, Señor, un poco de sol, algo de trabajo y un poco de alegría. Dame el pan de cada día, un poco de
mantequilla, una buena digestión y algo para digerir. Dame una manera de ser que ignore el
aburrimiento, los lamentos y los suspiros. No permitas que me preocupe demasiado Dame, Señor, la dosis de humor suficiente Que siempre haya en mis labios una canción, Enséñame a comprender los sufrimientos Concédeme tener buen sentido, Señor, concédeme la gracia, |
Haz que a fuerza de meditar tu agonía, reciba el consuelo espiritual necesario para provecho de mi alma. Concédeme, Señor, un espíritu abandonado,
sosegado, apacible, caritativo, benévolo, dulce y compasivo. Que en todas mis acciones, palabras y
pensamientos experimente el gusto de tu Espíritu santo y bendito. Dame, Señor, una fe plena, Que yo no ame a nadie contra tu voluntad, | |
Cuantas
veces Señor me habéis llamado |
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¡Cuántas
veces, Señor, me habéis llamado, y cuántas con vergüenza he respondido, desnudo como Adán, aunque vestido de las hojas del árbol del pecado! Seguí mil veces vuestro pie sagrado, Besos de paz Os di para ofenderos, clavadme vos a vos en vuestro leño y tendreisme seguro con tres clavos. |
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¿Qué tengo
yo que mi amistad procuras? |
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¿Qué
tengo yo que mi amistad procuras? ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, que a mi puerta, cubierto de rocío, pasas las noches del invierno oscuras? ¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras, ¡Cuántas veces el Ángel me decia: "Mañana le abriremos", respondía, para lo mismo responder mañana! |
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Blanca como
un cirio |
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Blanca
como un cirio, pura como un lirio, la Virgen divina al templo camina, llevando en sus brazos cual rayo de luz al niño Jesús. Cuando Simeón ve a Cristo en Sión le toma y le mira, y canta y suspira. María: ¡qué espada de pena y dolor herirá tu amor! La Virgen María, después de aquel día, miraba a Jesús, entre dos ladrones, clavado en la cruz. |
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Llamaron a mi
corazón |
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A
mi corazón llamaron: corrí a abrir con vida y alma. Veo en la puerta a mi Amor con una cruz que me espanta. -Pasad, si os place, Señor, pasad, que ésta es vuestra casa; si sólo una choza es, haced de ella vuestro alcázar. Y, haciendo mi noche día, Jesús entró en mi morada; pero al entrar en mi pecho dejó la cruz en mi espalda. |
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Eucaristía |
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¡Qué
milagro se ofrece cada día ante la humanidad indiferente!, todo un Dios, infinito, omnipotente, da su cuerpo, cosecha de agonía. Nos espera en amante cercanía como agua, vino y pan, limpio torrente, zumo añejo de paz, viva simiente, alimentos de célica alegría. ¡Qué humildad!, en el fruto consagrado está Dios, el espíritu inmortal, en silencioso amor esclavizado. Olvidó su dolor, nuestro pecado, nos ofrece su reino celestial, y le dejamos solo, abandonado. |
¡¡Quiero unirme a A.R.P.U.!!! |